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Viendo Visiones, Casa de navajas (De Estephani Granda Lamadrid )
Síntesis domingo, 19 de julio de 2009 - 00:00
Uno de los elementos que se han perdido en la literatura escrita por los jóvenes creadores es la sinceridad, por eso a su poesía le falta furia, fuerza, humanidad. En la incansable búsqueda de la fama y los premios, la mayoría escribe para convencer a unos pocos, para que los lean unos cuantos miembros de un jurado, integrado por funcionarios generalmente discapacitados para la poesía, pero que se quieren hacer pasar por poetas. De ahí que casi todos los jóvenes escritores recurran a artificios que convenzan y no que conmuevan.
Es mucho mayor el número de los poetas que se ponen el saco para escribir, que aquéllos que se quitan la camisa y muestran el pecho desnudo. De los primeros será siempre el reino de los premios, pero de los segundos el reino de los lectores agradecidos.
Estephani Granda Lamadrid es una poeta que destaca por su sinceridad; el aliento de sus poemas es el aliento real de su voz. Esta poeta no necesita comprarse un estilo o formárselo en los talleres. Sus recursos son los de una poeta que vive para y no de la poesía. Su realidad es suficiente para escribir poemas de impecable factura, porque los buenos poemas no se forman con la opinión de los demás, basta con el talento de quien lo siente y lo escribe. Con su intuición, el gusto por las palabras y la fuerza de su espíritu el poeta logra siempre dar con el buen poema. No hay mejor mecanismo de justificación de la poesía que el reconocimiento de los lectores, el estremecimiento del que goza el poema sin acudir al currículo del autor.
Los versos de la primera plaquette de poemas publicada por Estephani Granda Lamadrid contienen el veneno de la realidad y la impureza de las pasiones. Casa de navajas es un poemario que hiere, desgarra y hace que nos caiga una gota de sangre en el corazón. Hay en sus breves páginas versos que difícilmente podremos olvidar, tanto por la tensión lingüística como por la tensión espiritual. Sus poemas poseen tal violencia verbal que es difícil no apropiárselos, no repetirlos, no ponerlos como ejemplo:
"Y él se escapa con las tardes/ en busca de otra/ porque estas bestias no descansan/ sólo llegan a desposar el amor/ en su semen de viento/ y te llenan toda de horas/ en que deberías de aprender/ [a tejer como las de antes/ "para eso son las hembras/ para eso son las alcobas"/ para esperar a las bestias/ [cubiertas de sangre/ de una guerra que nadie inició/ Las bestias se hieren a media noche/ se van gimiendo con zorras/ y perras/ y con toda hembra buena que/ salga a bañarse al río/ Por eso no te conocen/ ya deberían de saber el color/ [de tus pechos/ flor en el lodo/ Y enciendes fogatas para alejar/ [a las bestias/ para apagar dulcemente el fulgor"
En el horizonte de la poesía actual, Estephani Granda está llamada a ser una voz imprescindible. Su poesía no necesita ganar premios ni becas; en su caso, el único reconocimiento válido será el del lector. Por lo pronto, quien se arriesgue a acercarse a esta Casa de navajas no saldrá ileso, un tajo de su ser quedará colgando entre sus páginas.
Estephani Granda Lamadrid, Casa de navajas,
editorial Versodestierro, México, 2009.
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Va mi agradecimiento para Víctor García, por la molestia de reseñar mi librito. !Gracias!